Violencia hacia los humanos y animales

El Enemigo en Casa

Llamó a la perra y la hizo sentarse delante de él, para después dispararle cinco veces más, matando al animal de compañía. Tres meses más tarde, hizo lo mismo con su mujer, y luego se suicidó».Diana Russell, Rape in Marraige, pg. 296.

Muchas personas han deducido que existe una conexión entre la violencia hacia los animales y hacia los seres humanos. De manera intuitiva, sentimos que quien es capaz de disfrutar torturando a un animal, probablemente no sabrá poner un freno a su conducta y extenderá la crueldad a otros seres de su entorno.

Al cabo de seis semanas de la boda, el marido de Tamara Barne, empezó a beber mucho, a gritarle por todo y a maltratar a sus gatos. A uno de los animales le rompió una pata y lo quemó. A otro lo envolvió con cinta aislante. Tamara se horrorizó y le dijo que iba a llamar a la policía. “Adelante, llámales. Mataré a los gatos, si quieres, y a tí también” sentenció el marido.(The Latham Foundation for Humane Education, Febrero 1999)

La crueldad hacia los animales en el contexto de los malos tratos domésticos tiene una dinámica psicológica que difiere de otras situaciones en que los animales también son víctimas del ser humano.En este caso, se trata principalmente de ejercer poder y dominación a través del chantaje : “Si no haces esto, mato al perro” o “ Si me abandonas, le retuerzo el cuello al gato”. En ocasiones, la mujer ha escapado pero su pareja maltrata al animal que se ha quedado en el hogar con el fin de forzar su regreso y castigarla por haberse ido.

Hubo un caso escalofriante, citado a menudo para ilustrar la gravedad de los casos de los que hablamos, en que un marido envió a su suegra fotografías de él cortando las orejas al perro de su mujer (quien había huido de casa y se encontraba en un refugio para mujeres maltratadas). Después de recibir las fotografías que su madre le reenvió, la mujer contó al asistente social de la casa de acogida que regresaba a su casa para salvar la vida de su perro y la de los otros animales. El asistente social nunca más volvió a saber de ella. (Ann Quinlisk, 1997 – citada en Lerner [1998])

Veamos de manera esquemática los principales motivos por los que se desarrolla este fenómeno:

¿Por qué los maltratadores también son crueles hacia los animales?

Demostración y confirmación de poder y control sobre la familia.
Aislamiento de la víctima y los hijos.
Eliminación de la competencia por la atención.
Forzar a la familia a mantener un secreto.
Enseñar sumisión.
Castigar los actos de independencia y autodeterminación.
Perpetuar el terror.
Evitar que la víctima huya u obligarla a volver.
Castigar a la víctima por haberse ido.

Francine oyó como Nicky gritaba...” Nicky lloraba tanto que no podía ni hablar. Nunca había oído a un niño llorar así. Yo… la cogí en brazos hasta que se calmó para decirme qué había pasado”. Mickey [el marido de Francine] le había advertido que si encontraba el gato en el porche, le retorcería el cuello. Cuando pilló a Nicky con el gato por segunda vez, se lo arrebató del regazo y le rompió el cuello con sus dos manos. Francine declaró en el juicio por el asesinato de su esposo, Mickey Hughes, que su marido le había prohibido asistir el parto de su perra, a la que dejó fuera de casa en una gélida noche, mientras daba a luz. La simplicidad de lo que relataba Francine (un animal indefenso, dejado fuera de la casa, muriendo por congelación mientras luchaba por dar a luz) envolvió a los presentes en el juicio en una intensa emoción.(McNulty, 1989, p. 165)

Degradación de la víctima implicándola en el abuso (el maltratador puede realizar actos de zoofilia obligando a la mujer y los niños a mirar).

El maltrato a los animales en el contexto de la violencia doméstica es un campo de estudio novedoso y que nos proporciona valiosas informaciones para elaborar estrategias cuando debemos actuar para ayudar a las víctimas. Actualmente ya existen algunos estudios científicos que vierten cifras impresionantes y que deberían inspirar acuerdos de colaboración entre distintos grupos para resolver los casos de violencia doméstica desde todos los ángulos.

Investigaciones sobre la crueldad hacia animales y la violencia doméstica

• En tres estudios realizados en casas de acogida para mujeres maltratadas en Wisconsin y Utah, el 71% de las mujeres que tenían animales de compañía, afirmaron que su pareja (el maltratador) había amenazado, herido o matado a su animal y que en el 32% de los casos, los niños también habían herido o matado al animal de compañía (Ascione 1995-1996 & 1998 y Quinlisk, 1995). Cabe destacar que entre un 20% y un 50% de las mujeres habían retrasado su marcha del hogar por miedo a que su pareja hiriera a su animal.

• En un estudio de 111 mujeres maltratadas que buscaron refugio en Carolina del Sur, se vio que, de las mujeres con animales domésticos, en más de la mitad de los casos la pareja había amenazado o maltratado a los animales (Flynn, Violence Against Women, Febrero 2000).

• En Buffalo, New York en 1998, el departamento de policía y la protectora de animales encontraron que en un tercio de los hogares que presentaban denuncias de crueldad hacia animales, también las tenían de violencia doméstica.

• En un estudio realizado en 50 mujeres que estaban en casas de acogida se concluyó que: el 66% de las mujeres afirmaron que su pareja había amenazado con maltratar al animal de compañía y que lo había hecho en la mitad de los casos. El 94% de mujeres dijo que si hubieran tenido un sistema de acogida de sus animales, hubieran escapado de sus hogares mucho antes (1997 Paws for Kids en el Reino Unido).

• El estudio “El abuso a animales y la violencia doméstica: un estudio a nivel nacional para mujeres maltratadas”, del Dr. Frank Ascione (profesor de la Universidad de Utah y miembro del Comité de Honor de la Fundación Altarriba), fue publicado en la revista de Psicólogos para el Trato Ético a los Animales (Psyeta), Society and Animals 1997, 5(3). Esta investigación se realizó a lo largo de 49 estados y el distrito de Columbia en EEUU, escogiendo para la muestra el mayor refugio para mujeres de cada estado. Veamos una tabla con algunos de los resultados más significativos:
Pregunta
Porcentaje que responde SÍ
Las mujeres que acuden a su casa de acogida, ¿hablan de incidentes relacionados con maltrato a animales?
85.4 %
Cuando llegan niños a la casa de acogida, ¿hablan de incidentes relacionados con maltrato a animales?
63.0 %
En su experiencia en casas de acogida, ¿Ha observado la coexistencia de violencia doméstica y crueldad hacia los animales?
83.3 %
En su entrevista inicial con la víctima, ¿formula preguntas relativas a los animales?
27.1 %

The Abuse of Animals and Domestic Violence: A National Survey of Shelters for Women Who Are Battered” By Frank R. Ascione, Ph.D, Claudia V. Weber, M.S., and David S. Wood, Utah State University, Logan, Utah.

Es destacable el hecho de que, a pesar de que los trabajadores de los refugios reconocían que las mujeres maltratadas hablaban a menudo de los malos tratos a sus animales, hicieran en un porcentaje significativamente menor, preguntas relativas a ello. En consecuencia, se deduce la necesidad de implementar de manera más estandarizada una serie de preguntas al respecto.

• En un estudio publicado por el Departamento de Justicia de EEUU [1], se escogieron 100 mujeres maltratadas que acudieron a un refugio comparadas con otro grupo de mujeres no maltratadas (los dos grupos tenían animales). El Dr. Ascione encontró que en el 54% de las mujeres maltratadas versus el 5% de las no maltratadas, la pareja había herido o matado a sus animales.

Estudio realizado por la Sociedad Protectora de Animales y la Coalición provincial para la Prevención de la Violencia de la provincia canadiense de Ontario:
Número de casas de acogida (sólo provincia de Ontario): 21
Número de mujeres entrevistadas: 130
Número de mujeres que tienen algún animal de compañía: 80
Del total de mujeres entrevistadas:
85% tenían un animal de compañía en el ultimo año;
49 mujeres (44% de las entrevistadas que tenían animal en el pasado año) afirmaron que su pareja había maltratado o matado uno o más de sus animales.

47 mujeres (42% de las entrevistadas que tenían animal en el pasado año) reconocieron que su pareja había amenazado con herir o matar al animal.

18 mujeres (16% de las entrevistadas que tenían animal en el pasado año) dijeron que otros miembros de la familia habían maltratado o matado uno de los animales.

48 mujeres (43% de las entrevistadas que tenían animal en el pasado año) manifestaron su preocupación por el bienestar de sus animales, y que esto les había frenado para salir antes de la situación de maltrato.

Esta investigación sacó a la luz testimonios desgarradores en lo que declaraban algunas mujeres.
Hemos visto que el maltrato a los animales es un fenómeno que se da en los hogares disfuncionales, por tanto, podríamos pensar en considerarlo como parte de la violencia doméstica, incluso como un indicador del grado de maltrato que se vive en el hogar, más que de una curiosidad sociológica que acontece de forma paralela. El maltrato a los animales nunca debe pasarse por alto, si se detecta de manera precoz, será posible romper la espiral de violencia y salvar la vida del animal y de las otras víctimas que sufren en silencio el terror y la brutalidad, paradójicamente, donde deberían encontrar amor, refugio y esperanza.

¿Por qué debemos reconocer la crueldad hacia animales como un maltrato do
méstico?

Pone de manifiesto la deliberación en el maltrato, no es una enajenación transitoria ni una pérdida de control.

El maltrato a animales y niños está muy relacionado.

Es una herramienta utilizada por los maltratadores para controlar o coaccionar emocionalmente a la víctima.

Amenazar, herir o matar animales puede indicar el potencial de aumento de la violencia o la letalidad.

Las víctimas pueden retrasar su huída para proteger a sus animales.

Identificando a quien maltrata a un animal, se pueden detectar otras víctimas de la violencia en la familia.

Las implicaciones que se derivan de estos estudios y observaciones está cristalizando en la creación de programas de protección para las víctimas de la violencia doméstica y sus animales, y se desarrollan con éxito en EEUU, Canadá y Reino Unido. En los cuestionarios y entrevistas a las mujeres maltratadas o en los indicadores de violencia ya empieza a aparecer el ítem que contempla la amenaza, el maltrato o muerte a los animales domésticos. A pesar de la introducción de estos necesarios y nuevos enfoques, la instauración de estos programas combinados de ayuda no es aún la norma.

¿Qué podemos hacer para ayudar a todas las víctimas de la violencia doméstica?

Tomar muy seriamente los malos tratos a los animales.

Contactar con servicios de protección a mujeres y niños.

Desarrollar programas interdisciplinarios entre las organizaciones protectoras de animales, las de prevención de violencia doméstica, las de protección a la infancia y otras similares.

Apoyar una legislación que proteja a los animales.

Desarrollar proyectos en nuestra comunidad para promover la empatía y la educación humanitaria.

Colaborar con los refugios, los veterinarios, las residencias de animales, etc. para desarrollar programas de alojamiento de emergencia para animales. “Mi ex-prometido arrinconó a mi gato y le pegó. Después pegó al perro y lo pateó”.

Siempre son necesarios los hogares de acogida temporal, pero en estos casos, la necesidad se vuelve quizás aún más dramática. Si quieres ofrecer tu hogar para acoger temporalmente un animal víctima de la violencia doméstica, por favor, contacta con la Fundación Altarriba. Con este gesto y, colaborando todos, podemos devolver la esperanza a quien ahora está viviendo un infierno.

Y esperanza es lo que también Tamara Barnes (citada al principio del artículo) quiere infundir con su experiencia.
Junto con la Asociación protectora de Animales de Oregón, creó el Programa de Asistencia para Violencia Doméstica que funciona con éxito desde 1996 y gracias al cual, más de 200 perros y gatos junto con sus dueñas, han empezado una nueva vida. «Después de que arrancara la cabeza a mi gatito, ya no quise hacer nada más”.
Nuria Querol i ViñasBióloga. Criminal profiler. Miembro de la American Society of Criminology. Miembro de la International Society for the Study of Personality Disorders. Coordinadora del Área de Relaciones Internacionales de la Fundación Altarriba. Contacto nacional de Interniche, para una educación humanitaria.Bú Bup nº 38 - enero / febrero 2004 - pp. 56 - 59
[1] Ascione, F.R. 2000b. What veterinarians need to know about the link between animal abuse and interpersonal violence. Proceedings of the 137th Annual Meeting of the American Veterinary Medical Association, Salt Lake City, UT, July 25, 2000 (CD–ROM records #316–317). Boletín de Justicia Juvenil del Departamento de Justicia de los EEUU.
M.O.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tema muy interesante pero sugiero que asientes las cifras y los estudios ya que se te fueron varios que no son sino piezas de propaganda feminista, es decir, ridiculeces para mostrar lo malos que son los hombres y tooooooooodo lo que sufren las pobrecitas mujeres.